El escritor de repente entendió por qué todas sus relaciones habían fracasado, y era que, aunque precisamente buscaba pareja para alejarse de este estado, sentía un cierto apego a su soledad, se reconfortaba en ella. Sus amantes a menudo habían necesitado demasiados mimos, demasiado cariño, que le alejaban de esa cuota diaria de soledad que requería. Quizás por ello era por lo que se había dedicado con tanto ahínco a escribir. Podría haberse dedicado a correr, a ser un corredor de fondo. O haber sido un pianista solista, o un compositor de música electrónica, gente que trabaja en solitario alejado de distracciones. Pero ni tenía condición física ni oído musical. En su lugar se dedicaba a escribir que, como había descubierto, se trataba de un acto misántropo, misógino y andrófobo.
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Universo Cinocuo
Universo Cinocuo fue el segundo blog que mantuve y concebí. En una época repleta de cambios, de esperanza, rebeldía, y rabiosa originalidad. Bajo las páginas de esta bitácora en su día se desarrollaron personajes y situaciones que gustaron tanto como “Joko y Abse”, “Perversión en Verde”, “Mi reina dionisíaca” o “Macarena”. Inaugurado en diciembre del 2007 y cerrado en plena crisis económica, el documento a continuación, que pueden descargar en formato epub y pdf en los siguientes enlaces, se trata de una recopilación de las mejores entradas a lo largo de estos años.
Asimismo, puesto que estas entradas fueron redactadas a lo largo de mucho tiempo, se convierten en testigo de una evolución. Un capítulo de mi vida, muchos capítulos de mi vida. Recién llegado a Barcelona, mi estancia en Escocia, o la desesperación al contemplar que la crisis no remitía.
El cangrejo ermitaño
La primera imagen que se me viene a la cabeza es la de un cangrejo ermitaño que busca casa. Representa como la necesidad básica de guarescerse, de resguardarse bajo un techo. En concreto en este caso bajo un techo ya construido. No hace falta diseñarlo, modelarlo o levantarlo. Es una realidad física que está ahí y solo hace falta hacer uso de ella.
El conflicto
Decía una compañera que el conflicto es consustancial a la profesión de profesor, pelearse con un niño o niña que no quiere trabajar, que se hace el remolón, que te falta al respeto. A veces observo a algún colega entrar en acción y hasta a mí me da miedo la manera como afrontan las disputas, con esos ataques de furia repentina, se encuentran tan tranquilos y de repente parecen que vayan a echar espuma por la boca con un vocerío y un griterío que hasta a ti te pone nervioso.
Estulticia
Me hablas de la opresión, de la estulticia,
de lo fácil que lo tienen los que son como yo,
nos basta medio cerebro, solo pulsar un botón,
del ascensor que directamente nos lleva a la cima;
Sin título
La cabeza pesada por el último mantecado
lo confirma: las navidades han terminado.
El temor al año que entra se agranda
por la ausencia de esperanzas.
Por lo común ha habido ilusiones y sueños,
sabiendo lo que persigo no había miedo.
Puesto que ahora no aguardo en concreto nada
me espero todo y lo que tenga que venir con desgana.
Vales
Durante la crisis hubo un año en que no pude comprar regalos. En su lugar preparé paquetes de vales. Vale por un abrazo, vale por hacerte la cama y arreglarte el cuarto, vale por una canción. Vale por un poema, aunque por entonces no escribía poemas. Y la sonrisa de circunstancias de expresar: “Lo siento pero en mis condiciones esto es lo único que puedo obsequiar”. Al menos tengo casa, por lo menos no estoy en la calle. Y había amigos que me escribían, con los que quedaba, aunque fuera para pasear, para vivir del aire. Y la expresión de mi padre que fue la misma que si le hubiera hecho un presente de cien euros. Qué mala son algunas personas para recibir regalos. Estilográfica, cara seria. Botella de vino, cara seria. Paquete de vales, bostezo sin concesiones. Sin embargo, qué buenas son para hacer entender que en la riqueza y en la pobreza la tristeza es la misma. Y la alegría. Y la compañía.